Por Arnaldo Vargas Castro. Parece que los encargados en Estados Unidos de aplicar todas las variantes posibles para intentar subvertir la situación política en Cuba desconocen que han sido los jóvenes quienes más han luchado históricamente por la libertad e independencia de este pequeño país, y al ver coronados sus sueños el primero de enero de 1959 juraron lealtad eterna a la Patria, a sus héroes y mártires, conscientes de que ellos, los jóvenes, son la arcilla fundamental de nuestra obra, como acuñara el Che.
Subestimando la capacidad, cualidades y compromisos de nuestros jóvenes, ahora tratan de seducirlos con promesas individualistas, con la pretensión de separarlos de la causa que defendemos en medio de una difícil coyuntura económica que el mismo imperio recrudece con medidas unilaterales como el bloqueo económico, financiero y comercial, que ya supera el medio siglo de implantado.
Tan ilegal como el bloqueo es un denominado programa de verano que -como brilloso anzuelo- intenta atraer a estudiantes del nivel medio superior, es decir, de 16 a 18 años, para un supuesto viaje de intercambios a Estados Unidos, donde permanecerían por espacio de tres semanas.
Pecaríamos de ingenuos si no nos percatásemos de los verdaderos intereses de la denominada Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), puesto que conocemos todas las campañas que ha financiado en sus vanos intentos desestabilizadores, de dividirnos, crear desconfianza sobre nuestro Gobierno e irrespetar los símbolos patrios e instituciones armadas.
Ese nuevo intento de subversión mediante un acercamiento a la juventud, irrespetando la autoridad de los Ministerios de Educación y de Educación Superior es parte de la guerra no convencional que se nos hace, ya que no pudieron vencernos por las vías militar, diplomática, ni los actos terroristas.
La USAID utiliza en su nueva aventura a Word Learning, una organización creada supuestamente sin fines de lucro, para formar líderes de opinión que trabajen a su favor en Cuba, separándolos de su pueblo, de la historia y las nobles aspiraciones de su país.
Recordemos el discurso de Obama cuando visitó Cuba. Estaba cargado de mensajes muy directos a nuestros jóvenes para que asumieran los encargos del imperio, utilizando señuelos como el compromiso de «apoyo a la juventud emprendedora cubana, encargada de decidir los destinos del país».
Pero nuestros jóvenes, conocedores de cuáles son sus deberes y de cómo honrar la historia, a los mártires y cómo defender los valores en los que creen, reaccionaron enérgicamente ante la nueva falacia yanqui porque aprendieron de Martí y Fidel que la juventud ha de ser creadora, firme, comprometida con su tiempo, e interiorizaron muy bien el concepto de Salvador Allende de que «Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica».
Y considero muy atinada la respuesta de Angélica, una joven holguinera recién graduada en la carrera de Medicina, junto a estudiantes de otros países: «Mira Vargas, la mejor ayuda que pudiera darnos el gobierno de Estados Unidos es dejándonos vivir en paz y que solucionemos como queramos y podamos nuestros propios asuntos. Ellos que se dediquen a resolver los suyos, que son muchos».
Visión desde Cuba 
No Brasil estamos sofrendo por não impor limites ao Império. Infelizmente a mídia trabalhou livre no convencimento de muitos, que não enxergam toda a inclusão das minorias nos últimos anos. E que se julgam participantes dessa elite, pronta para descartá-los junto àqueles que hoje desprezam. Parabéns, Cuba!
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