El amor en tiempos de cólera… y dengue (+ Infografía)

Se torna tensa la situación epidemiológica en Holguín, pero se multiplican las acciones para acabar con los focos del Aedes Aegypti. Foto: Arnaldo Vargas.

Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. Estar de vacaciones significa, entre muchas otras cosas, disponer de tiempo para ver televisión, escuchar radio, conversar en las calles de una ciudad que por estos días tiene un inusual ajetreo y distanciarme un poco de internet.

Por eso, conocer de los debates originados a partir de un artículo publicado por Granma sobre las actividades que planifica la Unión de Jóvenes Comunistas por el Día Internacional de la Juventud y su vinculación, por algunos, con la compleja situación higiénico-epidemiológica que vive la ciudad de Holguín, me motiva a compartir mi visión sobre el tema.

Como hace unos días publiqué un texto de un colega con detalles de lo que se hacía en la ciudad de los parques para enfrentar la amenaza que significa disponer de altas cifras de infestación, números elevados de focos de aedes aegypti (el causante de la transmisión del peligroso dengue), crecientes casos de pacientes ingresados en los hospitales de la ciudad y otros en estudio con síntomas de esa enfermedad y la existencia de casos confirmados con H1N1, cólera y enfermedades diarreicas, no creo necesario abundar mucho sobre el tema, a no ser para confirmar que los medios locales han explicado abundantemente sobre la difícil situación, con crudeza, no para alarmar, sino para que cada cual comprenda que no se trata de un juego.

He leído que algunos cuestionan que la prensa nacional ha hecho silencio sobre el caso, pero la que debe hacerlo está cumpliendo su papel. La radio y la televisión de la ciudad, que en definitiva es la zona más afectada en este caso, reflejan diariamente no solo la aplicación de las medidas, sino también presentaciones de especialistas que exponen todo lo relacionado con el dengue y sus peligrosas consecuencias.

Infografía publicada en la edición impresa del periódico Ahora el sábado 1 de agosto. Tomado del pdf que está disponible en la web.

Otro tanto ocurrió con la edición impresa del periódico Ahora el sábado 1 de agosto, cuando se dedicaron varios espacios para alertar a la población, incluyendo abundante información gráfica. No hay trabajos de complacencia, al menos hasta ahora. La otra cara de la moneda son sus versiones digitales que, lamentablemente, no están al mismo nivel.

Aunque confieso que me hubiera gustado ver este tratamiento del tema con mayor antelación, considero que las autoridades del territorio están actuando de manera acertada para poner a disposición de holguineros y holguineras todos los recursos posibles y sobre todo, la mayor información. Se han tomado decisiones que algunos no entienden, o no quieren entender, como la posposición de los carnavales y de las Noches Holguineras. Basta un poco de sentido común para comprender, en situaciones como estas, los peligros que implican las aglomeraciones de personas.

A pesar de las constantes alertas, los mayores problemas siguen en los hogares pues muchos no acaban de comprender que los principales afectados son sus familiares más cercanos. Algunos se niegan a fumigar sus hogares o incumplen las disposiciones de las autoridades de salud.

La percepción de riesgo sigue en niveles demasiado bajos. A veces, les soy sincero, me parece que hay mayor preocupación por parte de directivos y funcionarios que por algunas familias. La batalla, aunque hay quien anda disgustado por el empleo de términos que parecieran sugerir una “guerra”, se gana dentro de nuestras casas.

Antes de regresar al principio del texto y declarar mi posición, vale recordar que se trata de una situación higiénico-epidemiológica que afecta fundamentalmente a la cabecera del municipio Holguín, pues otros poblados cercanos se mantienen afortunadamente en mejores condiciones. Así que no hay que temer porque en otras localidades de la provincia se planifiquen actividades con participación de grandes cifras de personas.

El escenario es bastante complicado, no se los puedo negar; pero de ahí a pensar que en Holguín la vida es un caos, va un buen trecho. Se está haciendo de todo y en serio. Cada lunes volveremos a ver la avioneta con la fumigación sobrevolar la ciudad, vehículos haciendo algo similar por las calles y con más frecuencia la presencia de operarios, personal de la salud y muchos otros sumados para que en cada casa se haga lo que se tiene que hacer.

Se trata de asumir responsablemente el papel de cada uno para revertir la situación y tratar de lograr, en el menor tiempo posible, que el que siga “picando” a los holguineros sea el amor, aunque vivamos en tiempos de cólera y dengue.