La inteligencia del gorrión


Gorrión comiendo pan. Foto: Antonio Marín Segovia (tomada de internet).
Gorrión comiendo pan. Foto: Antonio Marín Segovia (tomada de internet).

Por Lautaro Fucik. Existen bellas historias del hombre con los animales. Historias que nos hacen meditar sobre los comportamientos de esos seres no racionales… en apariencia. El hombre recién ha empezado a explorar el mundo del que es parte, por eso muchas veces el asombro.

Las plantas, los vegetales son otros seres que merecen capítulo aparte.

Hay escritos de ficción que hablan de la relación del hombre con otros animales, a saber, cuentos infantiles, leyendas, fábulas, historietas. Todas esas creaciones son hijas de la imaginación.

Las aves han hecho posible que el ser humano por imitación haya creado las naves para volar. Siempre el hombre quiso elevarse.

Hace pocos días fui testigo de una escena cuyo protagonista fue un gorrión callejero. Fue una casualidad. Suele así suceder con las cosas que trascienden. La observación, también la contemplación son facultades humanas, esta última es la madre de la teoría, porque de ella nace la formulación. Contemplar es saber.

Desde una ventana observé el ‘aterrizaje’ de un mañanero gorrión que portaba un mendrugo. Era un trozo de pan cuya evidente dureza impedía a la avecilla siquiera consumir algunas pequeñas porciones para su desayuno. No dejaba el gorrión de ser perseverante en su trabajoso pero inútil afán. Hasta que, pasados dos o tres minutos y ante mi asombro, presencié que el gorrión cogió su pan y lo trasladó a un charquito de la misma vereda. Humedeció su mendrugo y su incesante picoteo le permitió consumir su indispensable sustento.

Híceme entonces la pregunta -en verdad varias- sin salir de mi declarado asombro, si lo presenciado era expresión de inteligencia o solamente instinto. Concluí -hasta hoy- que la operación del gorrión fue un acto de inteligencia pura, porque él escogió, él entendió.

Me he informado que los gorriones viven en promedio 8 años, que son urbanos y originarios de África, que miden 10 a 15 centímetros y que pesan 30 gramos. Las hembras ponen 4 huevos y ambos protegen el nido.

Los humanos somos seres amigos del prejuicio. Calificamos, discriminamos. Siempre oí decir y muchas veces lo creí, que los gorriones son pájaros que hacen daño, que son pandilleros, amigos del latrocinio y piojosos. Los he visto bañarse y excarvar la tierra para librarse de parásitos. Nos han dicho que es mejor tener encarcelado un canario que un gorrión. En verdad ninguno debiera ser víctima de esa violencia, tampoco de ninguna puntería.

Una de las más talentosas cantantes del mundo fue conocida como el » Gorrión de París «.

El mundo es ancho, somos parte de él y no lo conocemos. En lo pequeño hay grandes verdades. El universo, el llamado cosmos tan inmenso contiene leyes a partir de lo mínimo visible. Es cuestión de mirar, de ver, de observar, de contemplar. La enseñanza escolar debe ir por esos derroteros, por esos fecundos hábitos.

Los seres humanos somos prejuiciados hasta con las palabras, muchas veces por ignorancia.

Parece que definitivamente no somos los únicos dotados de la facultad intelectiva, y, tal vez tampoco seamos los únicos habitantes del inmenso y desconocido cosmos.

Alguna vez entenderemos que con las aves, con los árboles, con todos los demás animales, y con todo lo que existe, conformamos integrados un sistema vital único.

Un comentario sobre “La inteligencia del gorrión

  1. el gorrión vive fundamentalmente en ambientes urbanos, se ha adaptado, eso significa que tiene -no voy a decir «inteligencia» que es una palabra que implica muchas cosas- una variedad de capacidades adaptativas que usa para hacer del ambiente humano un ambiente propio… por cierto, me llama la atención como en mi ciudad hay muchas palomas silvestres últimamente, eso no pasaba cuando yo era niño, pienso ha ocurrido algo en ellas para esa adaptación relativamente rápida a un ambiente tan diferente al campo y en el caso de villa clara no puede ser el detrimento de su espacio habitable en el campo, no es esa la razón… también hay unos pájaros negros que no son totíes, es otro pájaro, mucho más «inteligente» que los gorriones… su comportamiento es diferente en el charco que tengo delante de mi casa que queda entre dos vías de sentidos contrarios… los gorriones se espantan con los autos, estos pájaros negros no lo hacen pues el charco está en una posición en que los autos no pueden acceder a él y ellos al parecer se han dado cuenta de ello… y realmente parecen distintos cuando lo miran a uno, son como curiosos diría yo…

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