La educación en Cuba sigue siendo gratuita, pero cuesta

Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. Hace algún tiempo me escribió un lector, identificado como Fernando y que habitualmente lee este blog desde España, buscando respuestas a algunas interrogantes sobre el sistema educativo cubano.

En su mensaje escribía: me dirijo a usted, desde España, con fin de aclarar ciertos conceptos no suficientemente clarificados, sobre financiación del sistema educativo cubano. Por ello me han surgido dos preguntas sobre la educación en Cuba. Me he informado de vuestro sistema educativo, desde la educación preescolar hasta la superior, tanto desde la perspectiva presencial/semipresencial o a distancia, con sus diversas ayudas a los alumnos (comedores, internos, materiales…), con centros educativos de todos los niveles formativos repartidos por toda la isla, añadiendo un profesorado y el material didáctico, para completar la formación. Todo ello tiene un costo para el Estado, de aquí mi primera pregunta. ¿De dónde se financia el Estado para sufragar este enorme gasto?

En España es obligatoria y gratuita la educación de los españoles hasta los 16 años, es decir, está cubierta por el Estado. Cuando el alumno pasa a la universidad o escuelas técnicas, el Estado aporta una cantidad, y otra parte la paga el alumno mediante la tasa universitaria o de matrícula. De aquí me surge la segunda pregunta: ¿Es gratis la matrícula de un estudiante cubano durante todo el proceso educativo o no?

Para muchos fuera de Cuba resulta increíble que una pequeña isla en medio de una profunda crisis económica, agravada por el más largo e inhumano bloqueo jamás impuesto por una nación a otra, pueda sostener servicios altamente especializados como los de salud y educación con estándares de alta calidad y encima de eso ofrecerlos de forma completamente gratuita.

Cada año la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano legislativo, discute y aprueba el presupuesto del Estado correspondiente al siguiente año fiscal. No es casual, partiendo del hecho de que se trata de un país socialista como Cuba, que las mayores partidas presupuestarias se destinen a tres renglones de alta sensibilidad: salud, educación y asistencia social. Por lo tanto aquí llega la respuesta a la primera interrogante: los gastos del sistema educativo cubano son contemplados y asumidos por el presupuesto del Estado para el que la educación de niños, adolescentes y jóvenes cubanos constituye una prioridad.

Algunos datos, publicados en medios de prensa cubanos, permiten completar la idea del gasto en que incurre el presupuesto estatal en materia educativa. Durante el pasado curso escolar se destinaron 5,8 millones de dólares para adquirir base material de estudio gastable, mientras la Unión Poligráfica produjo 43 millones de libretas, con un costo de 5.4 millones de CUC (moneda cubana convertible).

Se planificó, además, la fabricación de 48 cuadernos de trabajo y 248 títulos de libros, con alrededor de 17 millones de ejemplares, y un costo de 1,8 millones de CUC y 22,7 millones de CUP (peso cubano). Informaciones ofrecidas por el Ministerio de Educación, resaltan también que fueron adquiridas 15 mil esferas geográficas, por un valor de 205 mil dólares, para la enseñanza de la Geografía en todos los centros escolares y Universidades de Ciencias Pedagógicas.

Para las actividades prácticas en la asignatura de Educación Laboral, de gran importancia por fomentar el amor hacia el trabajo y desarrollar habilidades y capacidades en los estudiantes, se entregaron a las escuelas primarias y especiales más de ocho mil cajas de herramientas por un valor de 515 mil 842 dólares. Dichas herramientas se encuentran, desde el pasado curso, en las secundarias básicas, enseñanza donde la Educación Laboral se imparte en los tres grados (7mo, 8vo, y 9no).

Para el aprendizaje de los idiomas se compraron 20 laboratorios destinados a las Universidades de Ciencias Pedagógicas (UCP), con un valor de 342 mil dólares, y cuyo objetivo esencial es incidir en la preparación de los futuros docentes. Para favorecer la enseñanza de las ciencias en los preuniversitarios se adquirieron 251 módulos para laboratorios de Física, Química y Biología, valorados en 23 mil 200 dólares cada uno, con un precio total de 5,8 millones de dólares.

En cuanto a los uniformes escolares, se produjeron 3 millones 836 mil 580 prendas, con un valor de 6,2 millones de CUC. Sumemos la existencia en cada escuela de componentes de la tecnología educativa, destinados a complementar el trabajo del docente, al que tienen acceso junto a sus estudiantes sin costo alguno.

De nada valdrían sin la presencia de profesionales de elevada calificación científica y humana que hacen posible la formación de las nuevas generaciones de cubanos. A pesar de la disponibilidad de estos recursos, las autoridades del sector insisten en la necesidad de hacer un uso adecuado del presupuesto; elevar la eficiencia en el ciclo —cada alumno que abandona un nivel de enseñanza significa una afectación a la economía del país—; cuidar la base material de estudio y de vida, así como el mobiliario y las instalaciones.

Cuando un estudiante llega a una escuela cubana nadie, absolutamente nadie, le pregunta si sus padres tienen la capacidad de pago necesaria para sufragar los costos de la matrícula y los materiales que requerirá durante el curso escolar. Siguen siendo completamente GRATIS. Es un derecho que tenemos todos en Cuba desde el preescolar, pasando por la universidad, hasta las futuras y necesarias formaciones postgraduadas.

Eso es, estimado Fernando, lo que marca la gran diferencia en mi país.

(Más información sobre nuestro sistema educativo puede encontrarla en CubaEduca, portal de la educación en Cuba)

Foto: Ismael Francisco (Cubadebate)