Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. En mi Cuba, aunque algunos prefieran ignorarlo, yo también soy GOBIERNO y ESTADO, por tanto el que se lanza contra ambas estructuras como blanco de sus sueños de poder, me ataca.
La Cuba que queremos no puede tener lazos, ni adornados con rosas rojas, que sepamos vienen financiados por quienes aspiran a asfixiarnos como nación.
Mi Cuba es posible, y no necesita para ello que suban a a bordo un piquete de amargados que, por un puñado de dólares, se muestran, risueños ante la dádiva, como salvadores de pacotilla. Seguir leyendo «Y no me gusta quedarme dao»