El sacrificio de “Diana”


Caricatura: Roberto Ráez
Caricatura: Roberto Ráez

Por Roberto Ráez y Lilian Sarmiento*. Enmarañar la libreta parece una buena forma de comenzar un reportaje. Uno aprende a esquematizar las cosas cuando las tacha más de cuatro veces. Es verdad.

El ritual comienza a las siete y media, después de tomarte el café con leche y, a lo mejor, comprar los cigarros del día. No importa si no fumas, de todos modos, aquí se termina la función de los cigarros.

Ahí es cuando aparece la protagonista. La Diana. La 10.

Subgrupo A (o Pase y siéntese, periodista)

Porque si no te has montado en la “10”, entonces no eres de Holguín. Pero… siempre hay un pero. El de ahora es Villa Nueva. Sí. El problema es que hace más de un mes la 10 no recorre la comunidad de Villa Nueva, y casi nadie sabe por qué.

Por eso es mejor comenzar así, con el director de Ómnibus Urbanos, que se llama Carlos Rodríguez Pérez, y dice que si las calles no tienen condiciones los ómnibus no pueden pasar, porque recorren alrededor de veinte veces al día esa ruta y el deterioro de la calle terminará inutilizando a los vehículos. Lo que pasa es que el modelo de las Dianas es muy bajo, y roza con los baches de Villa Nueva, entonces ese inconveniente afecta tanto al ómnibus como al pasajero.

También dijo que ya habían analizado el problema con los funcionarios de la dirección municipal de Comunales, el Gobierno y una comisión de la Empresa Constructora de Obras del Poder Popular, que son los encargados de la reparación de este tramo de carretera; ahí determinaron cambiar la ruta para preservar el estado técnico de los medios (sic.)

Y es que montarse en la 10 es un denominador común para los holguineros: si vas a cualquier hospital, recurres a ella; al parque; al Consejo Popular Ciudad Jardín, a la Universidad  y a las terminales de ómnibus.

La maldita circunstancia de la 10 por todas partes nos obliga a teorizar sobre el asunto. A acordarnos de la madre del chofer cuando vire en la fábrica de cigarros en vez de seguir para Villa Nueva, como si el chofer fuese el culpable.

Aunque este último párrafo no parece aportar nada sustancial a la historia, es mejor no tacharlo de la libreta. Los autores consideramos oportuno utilizarlo como entrada para el siguiente personaje: Norge Silva Batista, el director de la Unidad presupuestada de Servicios Comunales en la provincia.

“El diagnóstico del tramo de Villa Nueva es que hay que hacer carpetas con asfalto caliente, con otro tipo de material alternativo no funcionaría. Estamos a la espera de la liberación del plan de asfalto que tenemos asignado al municipio. El financiamiento no es un problema porque el presupuesto ya está. El problema es el recurso asfalto, que en las próximas horas tendría su liberación y comenzaríamos de inmediato a recuperar esos viales”. Esto lo dijo Norge Silva, el pasado 6 de febrero.

Subgrupo b (o “los de atrás vienen conmigo”)

Cuando llueve, el agua se escurre hasta el manto freático. El manto freático está justo debajo del asfalto. El asfalto empieza a deteriorarse por la acumulación de agua subterránea. Entonces aparecen los baches, huecos enormes que van de un lado a otro de la calle.

Una Diana, según la dirección de transporte, cuesta más de 75 mil pesos, y puede transportar de 70 a 80 personas cada vez. Esta cifra está en dependencia del ánimo del chofer. El chofer es el encargado de decir: “Eso está vacío en el medio, un pasito ahí”. Esa es su función primaria, esa y cuidar el ómnibus. Por eso casi ningún chofer quiere manejar por Villa Nueva.

1)__porque hay demasiados baches
2)__porque las suspensiones de muelle se rompen
3)__porque se ponchan los neumáticos
4)__otras razones obvias

Sin embargo, los vecinos de Villa Nueva dicen que entienden la situación, pero no han visto movimiento alguno para reparar los baches. Porque los baches se hacen solos, pero no tienen la capacidad de repararse solos.

“La decisión del desvío fue muy rápida, pero todavía nadie ha venido a arreglar la calle”, dice una vecina. “Al final, los que sufrimos la situación somos los del reparto, aquí hay gente que tiene niños, que le hace falta trasladarse a los hospitales, y la verdad es que desde el año pasado se habla de reparar las vías, pero hasta ahora nada”, dice otro.

“Aquí no hemos visto a nadie trabajando en las calles, en otras ocasiones han arreglado rapidísimo, pero ahora no se está haciendo nada”, riposta otra vecina cuando nos ve con la grabadora en la mano.

Este parece el clímax del ritual. Vox populi, vox Dei. Ahí es cuando las autoridades comienzan a explicarse diciendo, por ejemplo: “Nosotros también estamos muy apurados por buscarle solución a eso, por las insatisfacciones de la gente, y pensamos en las próximas horas ya se le pueda dar respuesta en Villa Nueva”, o “Nosotros, a la orden con el pueblo, pero si no tenemos vial, no podemos sacrificar los medios de transporte”.

Otra cuestión radica en la marca del vehículo. Ahora están las Dianas, y antes las que todavía dicen “ómnibus metropolitanos”, que también son de la ruta 10. Y, por supuesto, los camiones. Cómo olvidar los camiones. A los transportistas privados, el desvío de la ruta 10 les ha afectado la recaudación. De eso se quejaba uno, allá en el Hospital Clínico: “Imagínate, ahora se recoge menos gente porque la parada de la Fábrica de cigarros queda muy lejos, además el tramo es más largo y se gasta más combustible”, decía.

De todos modos, tampoco importa si uno está de acuerdo o no con el cambio de ruta, aunque parece que no les molesta a todos. Como a algunos estudiantes de la sede Celia Sánchez, de la universidad de Holguín.

Por ejemplo, uno dijo que ese cambio, a pesar de afectar a los de Villa Nueva, era beneficioso porque los viales de la avenida “Los Internacionalistas” tienen mejor estado que los de ese reparto. Además, dijo que el recorrido ahora se hace en menos tiempo.

Y otra, que lo acompañaba, agregó que uno se ahorra el bache y la mala calle, y para llegar al hospital Clínico ya no hay que atravesar por Villa Nueva.

Lo cierto es que deberíamos esperar una respuesta por parte de las autoridades pertinentes, es decir, una acción. Esa acción, según los directivos de transporte y comunales, debe ejecutarse pronto. Quizás en el próximo mes, haya que escribir otro reportaje para verificar dicha acción.

Mientras tanto, el café con leche del principio se enfría, la vieja no tiene cigarros para vender, y en la parada de la 10 la gente continúa hablando del sacrificio de Diana.

(Tomado de Ahora. Roberto Ráez y Lilian Sarmiento son estudiantes de periodismo de la Universidad de Holguín)

Un comentario sobre “El sacrificio de “Diana”

  1. Hay que felicitar a los autores por este trabajo, por su originalidad en la redacción y la importancia del tema tratado.
    Creo que la mejor solución, sin importar la «asignación del plan del plan de asfalto que tenemos asignado al municipio» (García Márquez hubiera hecho zafra con la declaración del director de comunales), sería dirigir una misiva al Nuncio Apostólico solicitando una visita del supremo pontífice a la ciudad de Holguín, la que ya bendijo desde la Loma de la Cruz en su pasada visita a Cuba, así se repararían inmediatamente las calles y el «recurso asfalto» no sería un problema para Comunales.

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