Los precios que dice el periódico


¿Volveremos a ver la venta de tomates a precios razonables en el Mercado Los Chinos? VDC FOTO/Luis Ernesto Ruiz Martínez.
¿Volveremos a ver la venta de tomates a precios razonables en el Mercado Los Chinos? VDC FOTO/Luis Ernesto Ruiz Martínez.

Luis Ernesto Ruiz Martínez. Acababa de pasar Irma por Cuba y su larga secuela afectaba seriamente a toda la isla, pero con mucha más fuerza a los productos agropecuarios que, irremediablemente, fueron al piso en grandes cantidades por culpa de sus vientos.

Las medidas del gobierno, a diferentes niveles, no se demoraron y aparecieron en Holguín precios topados para muchos productos, algo que fue recibido con alegría por la población.

Infografía tomada de Ahora.
Infografía tomada de Ahora.

Parecía llegar la calma en medio de la tormenta, pero… y siempre aparece uno, la alegría duró menos que las ediciones del Ahora en las calles holguineras.

Los vendedores de las ferias dominicales, los carretilleros y cuanto vendedor se sintió “afectado” por esa medida, busca su propia justificación para mantener el precio anterior, o subirlo en algunos casos, en franca burla contra las autoridades.

Los medios holguineros han seguido de cerca el tema, pero la realidad es aplastante. El cuartico sigue igualito… o peor, porque las placitas estatales o arrendadas, siguen sin poder satisfacer una demanda creciente en estas fechas de fin de año.

Mi “termómetro” principal está cada domingo en las ferias que se organizan en el Reparto Lenin de la ciudad. Los concurrentes sacan sus productos a precios pocas veces ajustados a los topados, otros los esconden de los inspectores pero los “promocionan” en voz baja.

Parece que el respeto al pueblo se fue volando con los vientos de Irma. Y no queda más opción que cerrar los ojos, meter mano al deprimido bolsillo y alegrar al vendedor.

Les dejo una tabla con los precios establecidos y la realidad que se vive cada domingo en la feria. Productos como la col, que no incluyo en la tabla, casi nunca se vende en libras. Si quieres “adornar” tu mesa con ella, estás obligado a pagar por una pequeñita, cinco pesos, y si la quieres más grande… corre pal Banco a sacar los ahorros, si los tienes.

Producto

Unidad medida

Precio establecido

Precio real de venta

Yuca

lb

2,00

3,00

Plátano vianda

lb

3,00

ausente

Plátano burro

lb

2,00

ausente

Malanga

lb

7,00

10, 12

Pimiento

lb

7,00

10, 15

Tomate

lb

5,00

10, 12, 15

Frases como “nadie quiere a nadie”, “esto no hay quién lo aguante”, “hasta cuándo estos descarados van a vender aquí”, se escuchan lo mismo en boca de un médico, un profesor universitario, un obrero o un estudiante. Poco importan las profesiones en días de feria. Pareciera que los que allí venden, proceden de una “dimensión paralela” donde el salario tiene un valor mayor que el nuestro.

Infografía tomada de Ahora.
Infografía tomada de Ahora.

Son muy pocos los que se ajustan a los precios topados en todo momento, la reprochable actitud de la mayoría, es más irregular que la calidad de los productos que venden. He visto inspectores intentando poner orden, autoridades en operativos, pero la solución se vuelve más esquiva que los vendedores cuando las «fuerzas del orden» llegan al escenario donde todo se mantiene “en pleno desarrollo”.

Parecen extinguirse los “ejemplares” como aquel vendedor de malanga que le dijo al amigo Juan Pablo Carreras, fotorreportero de la Agencia Cubana de Noticias, que él es uno de los pocos que llega a la feria a vender con los precios que dice el periódico.

3 comentarios sobre “Los precios que dice el periódico

  1. El paso de Irma fue un momento idóneo, no sólo para topar los precios, sino para adecuarlos al salario real de los trabajadores. Los precios actuales, están diseñados para otro bolsillo, no para el de los obreros. Creo que el Poder Popular ya, digo ya, debe tomar las riendas de la situación porque la oferta y demanda en Cuba no existe, lo que hay son necesidades básicas que el sueldo no puede cubrir.

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  2. Urge la intervención decidida de las autoridades del territorio. No es cuestión de dejar solos a los inspectores, pues el enfrentamiento tiene que ser multidimensional y decidido. Hay instrumentos legales suficientes para hacer retornar al redil hasta los más recalcitrantes revendedores. Si la máxima dirección del país ha señalado en varias oportunidades que la alimentación del pueblo es «cuestión de defensa nacional», ¿cuándo se va a frenar a los desenfrenados? He visto a vendedores de carne de cerdo manipular el precio topado a su favor: «yo vendo a 23 pesos la carne al corte, pero si la preparo, entonces es a 25 o más». La «preparación» es, por ejemplo, quitarle la piel y la grasa a unas costillas. De esa manera es difícil comprar al «corte» y lo más seguro es que tengas que pagar a 25 pesos la libra, el precio anterior. Eso sin contar con las trampas en el peso, de manera que una libra rara vez trae las 16 onzas o 460 gramos.
    En otras oportunidades hemos visto como los vendedores se retiran de los mercados antes que bajar precios y luego, cuando las aguas vuelven a su cauce, retornan como si nada y con los precios iguales o superiores. ¿Las autoridades no pueden poner orden? ¿Por qué el vendedor que hace su voluntad a despecho de las regulaciones legales no pierde su patente? Así las cosas, los (re)vendedores se sienten impunes en sus fueros.
    Hay que poner orden, el salario del trabajador no puede seguir manteniendo a los zánganos que no aportan nada a la sociedad y medran a su costa.

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  3. inetras las multas contempladas estén por debajo de las ganancias que van a obtener, la medida pierde todo su efecto disuasorio. Quien viole lo establecido hay que aplicarle en primera instancia una multa sustanciosa y en segunda confiscarle el producto y en tercera, retirarle la licencia y confiscarle los bienes.

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