Sobre la tercera vía o el centrismo político en #Cuba


Imagen tomada del blog La pupila insomne.
Imagen tomada del blog La pupila insomne.

Por Paul Sarmiento Blanco*. El 31 de mayo, Cubadebate publica un artículo del Investigador e historiador cubano Elier Ramírez, sobre la llamada tercera vía en Cuba. Se basa el profesor en elementos históricos y teóricos de las diferentes fuerzas políticas que a lo largo del proceso histórico cubano han pujado por la solución al problema nacional.

Coincido en su mayoría con los juicios emitidos por Ramírez. Pero no debemos tenerle miedo al debate. Además, no podemos ni debemos temerle a la llamada “oposición cubana”, la cual no existe y, eso lo sabe perfectamente la Embajada estadounidense en La Habana y las demás embajadas occidentales que promueven de forma sutil la aparición en el escenario político cubano de una tercera fuerza.

No existe tercera fuerza política e ideológica en Cuba: o se está con el proceso de actualización del modelo cubano o no se está. Digo esto, porque lo fundamental en esta coyuntura actual es meterse de lleno en el apoyo real al proceso de acomodamiento de nuestro modelo, que dicho sea de paso, es un híbrido. Hibrido en el sentido de que existen diferentes formas de propiedad, incluso la privada, aunque tratemos de disminuir y opacar su impacto, pero con eso no ganamos la batalla. Híbrido porque ideológicamente tenemos un marxismo abierto, sano, poco dogmático o menos dogmático que en los años 80. Híbrido porque son mezcladas las formas de pensar y debatir.

En el fondo, no hay posiciones centristas en la política cubana. Aunque las personas se llamen así, al final responden o no a una de las dos grandes decisiones y posiciones de la actualidad: defender o no la continuidad de la Revolución.

La Tercera Vía desde la perspectiva doctrinal ha tenido más representantes en Europa que en los Estados Unidos. Por ejemplo, cuando la Unión Europea mantenía su postura hostil hacia Cuba durante muchos años –postura que comenzó a enmendar desde hace tres –exigía a la isla implementar la llamada tercera vía o vía de Anthony Blair. Se decía que los cubanos debían abrirse al pluripartidismo y a la economía social de mercado a través de diferentes planes de desmontajes del socialismo.

Pero Cuba no ha mordido el anzuelo. Sencillamente, en política, estás de un lado o estás del otro. En los puntos más neurálgicos del socialismo cubano o estás con la actualización del proceso que es lo que más nos interesa a la gran mayoría o estás con los grupúsculos que defienden la vía capitalista al estilo occidental.

Creo que ahí está la cuestión. No tengamos miedo al debate político. Hay cosas que no se pueden evitar. Una Revolución siempre tendrá su contrarrevolución desde la francesa hasta la bolivariana. Y en el medio quedan los indecisos, los morosos y los supuestos apolíticos, pero esos, de acuerdo a las necesidades del contexto siempre giraran en posición adversa al problema nacional a resolver.

La actualidad política cubana está matizada porque en 2018 tendremos la continuidad del proceso de cambio generacional dentro de los mandos más importantes del gobierno. A partir de aquí se abrirá una etapa que tratarán de aprovechar los ideólogos de la Tercera Vía, tratarán de revertir las bases de la Revolución. Entonces para nosotros no hay tercera vía, para ellos tampoco; la lucha ideológica continua.

El futuro liderazgo del país debe saberlo, y debe revolucionarse y reformularse en nuevos escenarios. Esa seguirá siendo la batalla principal en la consolidación de la independencia cubana: mantener la opción socialista saludable, abierta, sostenible, no ya en el discurso, sino en la práctica terrenal.

* Paul Sarmiento Blanco, es Máster en Ciencias y Profesor Auxiliar de Historia Contemporánea de la Universidad de Holguín.

17 comentarios sobre “Sobre la tercera vía o el centrismo político en #Cuba

  1. Muy atinada la opinión sobre el artículo, en efecto, no hay que temerle al debate, en otros blogs hemos comentado que los revolucionarios tenemos de nuestro lado un arma muy poderosa que es la Historia, en ella se pueden basar los 2 principios martianos que a mi juicio sustentan la actual batalla de ideas «De pensamiento es la guerra que se nos hace, pues ganémosla a pensamiento» y «trinchera de ideas valen más que trincheras de piedra», hay que asumir que cuando se habla de batalla de ideas esta incluye el debate y la polémica con personas que no son afines al proceso revolucionario cubano, y en el contexto actual, en que Cuba cada vez más ganará en conectiviodad a internet el ciberespacio es el principal campo de batalla, ignorar o menospreciar esto es un grave error y decimos esto último porque resulta lamentable que algunos opten por la censura en sus blogs cuando alguien hace un comentario incómodo o que desentone con el resto, cerrar los ojos o virar la cara no es la solución

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  2. Enrique, coincido totalmente con ud, no hay dudas sobre la definición de posiciones, ahora, el asunto toma otra arista cuando determinadas personas que se autocalifican como revolucionarios asumen una posición de jueces al estilo de la inquisición española y comienzan a otorgar calificativos al que no coincida plena y unánimemente con sus ideas aunque en la práctica estas se ajusten perfectamente a la magistral definición de revolución legada por nuestro Comandante, es ahí donde empiezan a salir términos como «pseudorrevolucionario» «no revolucionario» «desviado ideológico» y otros que estigmatizan un poco más como «neocontrarrevolucionario» parafraseando a nuestro apostol, diríamos que «estos son tiempos de unir», bastante poderoso es el enemigo que tenemos enfrente para fajarnos entre nosotros, hay sobradas evidencias en la historia de nuestra Revolución de cuanto daño ha hecho tanto sectarismo, con la exclusión de personas que no cumplían con el patrón de la unanimidad, por criterios totalmente cargados de subjetividad y sesgo al clasificarlos

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  3. Interesante. a la luz de la realidad cubana del siglo xxI, incuestionablemente cambios en la sociedad, en la mirada hacia el mundo y a sí mismo, las posiciones no son en todos los casos extremas. Aprecio sí hay posiciones de tendencia centrista, no apoyan ni se oponen al sistemas sociopolítico, miran más a sí mismo, no el modo en que pueden contribuir a una sociedad mejor, más próspera, que no tienen compromiso político con nadie. Ahora, sí hay que tener claro en qué posición está cada cual, en dependencia del rol que ocupe en la sociedad. No obstante, prefiero a los bien definidos, que tienen el coraje de defender su posición, que tienen una idelogía y la defienden.

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  4. Todo proceso revolucionario tiene intrínseco su contrarrevolución, la nuestra armada y financiada por la primera potencia mundial ha fracasado a lo largo de toda la historia, cargada de descredito por su falta de arraigo popular y mercenarismo, reconocido incluso por los diplomáticos norteños acreditados en La Habana.
    Ahora se quieren presentar como una corriente política, “desmarcada de la contrarrevolución tradicional”, pero con una línea de pensamiento dirigida a desmontar el proceso político, económico y social cubano. Que es lo mismo, la novedad está solo en el cambio de lenguaje respecto a la anterior, al final son de derecha que apuestan por la no continuidad de la Revolución cubana.

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  5. Gracias a todos los foristas por el debate. En esencia el centrismo político es una invención filosófica que enmascara una aptitud política determinada. Cuando hay grandes decisiones políticas estar en el «centro» no muestra una real posición con respecto al problema político fundamental que se debate en la nación.

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  6. Concuerdo con algunos compañeros, estas con la revolución o no, no hay otra solución para esto, no hay una trcera vía, el gobierno de lo Estados Unidos no se cansa de intentar subvertir al pueblo cubano, una vez más no lo van a lograr, los jóvenes estamos preparados para la guerra de palabras y pensamientos, defendemos esto a capa y espada, con las ideas de Fidel.

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  7. Pepe, coincido con ud, y yo añadiría que no se puede perder de vista a los que posicionados en el aparato estatal actuan como tales sin declararlo abiertamente, me refiero a todos esos funcionarios corruptos y de mentalidad burocrática para los que el puesto que ocupan se ha convertido en un modo de vida por encima del interés legítimo de proteger o representar los intereses del pueblo, no por gusto el Dr Esteban Morales definió a la corrupción como la verdadera contrarrevolución y después Raul afirmó que la corrupción es equivalente a la cotrarrevolución, a esos elementos es a los que hay que vigilar y fiscalizar de verdad, son ellos los que pueden darle el tiro de gracia a nuestra Revolución, de aí viene la famosa advertencia de Fidel de que podía autodestruirse, parodiando al refrán, no busquemos la paja cuando tenemos la viga al lado

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  8. Y con lo anterior no queremos decir que se deje de combatir a los mercenarios que actuan como lacayos del imperio, por supuesto que es preciso denunciarlos y desenmascararlos, pero yo diría que tienen menos poder para hacer daño que los ejemplos que mencionamos anteriormente

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  9. Creo que no hay que tenerle miedo al debate…es màs pienso que es muy importante el debate en la sociedad cubana toda, desde el intelectual hasta el màs comùn de los cubanos…oir, saber què piensan al respecto es muy importante, incluso màs importante que lo que piensan los politicos en las altas esferas del poder en cuba…soy del criterio de incentivar el debate.

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