Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. Como cada 7 de diciembre, el pueblo holguinero recorrió la distancia entre el Monumento a Maceo y el Panteón de los Caídos por la Defensa en el Cementerio de Mayabe. Los que se sumaron a la peregrinación y homenaje sincero venían desde diversos puntos de la ciudad para rendir tributo al Titán de Bronce, su ayudante Panchito Gómez y a todos los caídos en defensa de la Patria.
La solemnidad del momento obligaba al silencio, la disciplina y la memoria. Entre los presentes, familiares y amigos de nuestros héroes y mártires. La bandera cubanísima, una vez más ondeando en lo más alto, bella, invencible.
Soplan vientos de tempestad en el continente, pero como tenemos memoria, no podemos permitir el olvido de quienes ofrendaron sus vidas por nuestra libertad. A los héroes, como nos enseñó Sara, se les recuerda sin llanto.
Termino con este pasaje de Excilia Saldaña en su eterno libro La noche, compartido por una colega de la Universidad:
– Abuela ¿qué es la PATRIA?
– Una forma en el mapa no le basta. Ni el escudo, ni el himno, ni la bandera. Es la tierra y la luz y la lengua y los muertos y los vivos y el poema que aprendimos de niños en la escuela. Es el pasado y el futuro y el hoy que construye y crea. Es un niño en los hombros de su padre vitoreando líderes e ideas. Es tu vecino más cercano y el desconocido que se aleja. Es tu país, tu ciudad, tu barrio, tu calle, tu casa, tu sillón, tu cama, tu mesa. “La PATRIA también es luchar por la humanidad entera”.
Visión desde Cuba 