Cachorros que sueñan con otro azul


Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. Ha concluido la etapa clasificatoria de la 51 Serie Nacional de Béisbol en Cuba. Comienzan ahora en todo el país los análisis y cuestionamientos normales ante las actuaciones de cada selección, todos buscando identificar errores y puntos débiles en toda la campaña. Algunos mirarán a la post-temporada, otros más lejos como los holguineros.

Y es que el béisbol es pasión que desata las más acaloradas discusiones. Algunos han aprendido a defender sus criterios, otros se conforman con atacar para establecer sus puntos de vista a fuerza de gritos y exagerados movimientos pues su preparación no les da para más. Todos aman la pelota, con matices bien diferentes.

En Holguín hay de ambos bandos. El “Calixto García” los acogió durante toda la temporada en un horario en que se supone estemos en otras labores, cosa que solo está descrita en papeles pues quienes trabajan buscan siempre burlar a sus jefes y asistir al llamado del terruño. Los que estudian se las ingenian para ausentarse y ¿ponerse al día? más adelante. Otros que no hacen ni lo uno ni lo otro también estuvieron allí y ofrecieron su voz para el elogio o la crítica.

Todos critican o elogian, conozcan o no las elementales reglas de este complejísimo deporte en cuanto a variantes estratégicas. La primera mitad del torneo nos llenó de esperanzas. Parecía que la inspiración de aquel “equipo de ensueño”, que conquistó hace diez años el único campeonato nacional que en esta tierra hemos acariciado, podría llevar a la nueva tropa a mejores resultados.

Pero no ocurrió. La maldición del 2012 hizo trizas las esperanzas y fueron descendiendo en su rendimiento hasta llegar a lo más profundo de la zona oriental. Hace mucho que la clasificación dejó de ser la motivación para los que habitamos en esta región de Cuba, pero al estadio siguieron asistiendo los verdaderos aficionados. Eso nunca ha faltado por aquí. Los cachorros reciben el apoyo de su afición en las buenas y en las malas.

Ahora sus gradas estarán vacías por un tiempo. El bullicio se los miles de holguineros se extrañará por largos meses. Otra vez en esta temporada apenas fueron “cachorros” que sueñan con convertirse en “sabuesos” y atrapar alguna vez más la esquiva presa de la clasificación.

Mostraron credenciales suficientes para soñar en grande. Algunos, con ínfulas capitalinas, lo harán en azul. La mayoría aspiramos a ver a Manduley y Pablo Millán, prometedoras estrellas, asistiendo al menos a la convocatoria de preparación para la selección grande. Esperemos que las tonalidades azules no nublen la vista de quiénes deben hacer justicia con la mira puesta en todo el país.

Los cachorros visten un tono diferente de ese azul. Pero no se confundan que aunque estos no son aún grandes, ya enfilan sus visiones hacia la próxima temporada. Ahora nos resta disfrutar de los “play off” y aspirar a más en el futuro. En Holguín también se sueña, pero con los pies bien puestos sobre la tierra.

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